

Son las ocho y media de la mañana del sábado en Llerena. Varios halcones comienzan a sobrevolar el cielo nublado y algunos conductores que pasan por la EX103 se quedan durante pocos segundos admirando la escena. Algunos incluso llegan a bajarse del coche, mientras que otros deciden desviarse hasta la carpa de donde parecen salir las aves. Ante su sorpresa, es allí donde descubren que el mencionado hecho se debe a la celebración del VI Campeonato de Extremadura de Cetrería
Y es que, en plena campiña extremeña, a unos cinco minutos en coche de la ciudad llerenense se dan cita 37 expertos del mundo de la cetrería. Un considerable número, que podría ser mayor, pero que, por razones logísticas, se cierra con menos inscripciones de las recibidas: «Hemos tenido que cerrar inscripciones porque no tenemos más horas del día», anuncian desde la organización. El año pasado llegó a hacerse de noche cuando todavía había participantes esperando su turno.
Pedro Sáinz Flores, procedente de Cuenca, seis veces campeón de España, es uno de esos participantes, y como muchos otros, ha recorrido más de 600 kilómetros «para hacer un vuelo bonito», pero también para estar con los amigos, como nos cuenta: «El ambiente y la organización es maravilloso. Nos vemos en estos eventos una vez al año y es increíble».
De esta forma, los participantes lanzan a volar a sus aves rapaces en dos modalidades: altanería y bajo vuelo. En la primera, el halcón asciende lo más alto posible para cazar una paloma mensajera, donde un jurado premia su ascensión, altura, velocidad de picado y obediencia al halconero. En el bajo vuelo, por su parte, participan azores y harris en una persecución directa, desde el puño hasta una perdiz.
«La altanería es la reina de las modalidades. Hay que superar la fuerza de la gravedad y hacer entender al ave que tiene que subir lo más alto posible para llegar a su presa y así poder acuchillarla con la garra del dedo trasero». Como nos explican cetreros allí presentes, «es algo muy complicado porque los animales no lo hacen por instinto». En el bajo vuelo el pájaro no realiza este esfuerzo físico hasta que no ve la presa: «todo tiene su dificultad, pero la altanería se lleva un plus, donde se gasta una energía previa» dice Miguel Ceberinos, presidente de la Asociación de Cetreros de Extremadura, queriendo dejar claro que estamos ante un «arte milenario, excepcional y que no se suele ver».
La espectacularidad queda latente. El halcón, el animal más rápido de la tierra, llega a parecer un verdadero proyectil en la modalidad de altanería, cogiendo una altura de más de 400 metros y con picados de 300 km/hora. La lluvia y el viento entorpece su vuelo en mitad de los campos, pero no es suficiente para restar magnificencia al envite de sus alas.
Tampoco es nada fácil adiestrar a estos animales para disfrutar del espectáculo que ofrecen, algo que depende mucho del tipo de halcón. José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza nos desgrana las claves para triunfar en el manejo del ave: «Es muy importante coger a estos animales de pollo y que se hagan a tu mano. Hay halcones o azores que son muy difíciles de controlar, con mucha sangre, bravura y nacer en cautividad. Hay otras como el harris, que es mucho más inteligente y requiere menos horas de trabajo». Todo esto, viene a recompensarse a base del «refuerzo positivo» cuando capturan una pieza, cuando cogen altura o, directamente, vuelan bien. «Lo que mejor entienden es el cariño a través de un buen cuidado».
Gallardo también nos detalla el porqué de la elección de los terrenos: «Siempre se intenta buscar campo llano, poco poblado, sin instalaciones ni tendidos eléctricos. Queremos naturaleza en estado puro y un hábitat agrícola con la posibilidad de tener espacios abiertos».
La gran afluencia de público a un evento de estas características nos hace plantearnos un gran interrogante: ¿Qué impacto económico causa en Llerena y sus alrededores?
«En la fecha en la que estamos, en pleno enero y una vez pasadas todas las fiestas, hay menos actividad y para la Campiña Sur y Llerena supone un beneficio extra», comenta Ceberinos, sentenciando que existe un impacto económico en el mundo de la hostería «muy importante».
El presidente de FEDEXCaza nos amplía esta información. Para las fechas en las que nos encontramos, uno se puede encontrar con «hoteles llenos, cenas, comidas, desplazamientos y gastos en gasolinera» algo que deja «muchísimo dinero y que se queda en la zona gracias a este evento. Hay que valorarlo y ser conscientes de que estamos en una región con una gran riqueza natural y la caza forma parte de esas posibilidades que ofrece nuestro campo». De hecho, el 85% del territorio extremeño es coto de caza, algo que «hay que aprovechar para que aporten a la economía rural todo lo que puedan».
Respeto a la caza, el choque se presume mínimo. En este tipo de competiciones se utilizan perdices de granja, sin ningún tipo de impacto en la conservación del coto y las palomas pertenecen a palomares exclusivos del campeonato. De hecho, en el coto de Llerena se está realizando un proyecto para la recuperación de la caza menor a través de una agricultura sostenible, donde se está colaborando con los propietarios y así recuperar la caza menor y fauna ligada a los agrosistemas que no son cinegéticas.
Ante todo, el éxito que deja este sexto año, tanto por calidad, como por aceptación y apoyo, a pesar del maltrecho tiempo del fin de semana en la Campiña, ya hace mirar a una séptima edición, con mejoras en modalidades con pequeñas aves como el gavilán o el cernícalo yankee en el escape de codorniz.
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