El Campiña Sur podría volver a jugar en enero

Tras casi un año sin baloncesto en Llerena, el baloncesto podría volver el próximo mes de enero. Así lo han confirmado desde el club, pero siendo cautos y siempre pendientes de la evolución de la pandemia.

«Estamos todos deseando de que esto mejore, no solo por el baloncesto, que es un hobby y una pasión, si no porque si vuelve, el baloncesto será señal de que todo ha evolucionado favorablemente. Estamos viendo el desarrollo que está teniendo esto.», nos comenta Ángel Martín, entrenador del equipo absoluto.

El club sigue planteándose todas las medias posibles que se puedan emplear a la hora de jugar, cosa que aún no han hecho debido al principal motivo prevenir todos los riesgos que podría tener el deporte de contacto. Y es que ha sido tajantes desde el minuto uno desde que se abriera la veda tras la desescalada. Preferían no arriesgar.

Cronológicamente, en marzo se comunicó que se paraba la competición, con un partido pendiente de vuelta de playoff. Finalmente, el Trofeo Diputación -campeonato que se estaba jugando en el momento antes del estado de alarma- y se retomó en el mes de octubre con una final a cuatro, donde el Campiña podía haber participado. Finalmente, los locales decidieron no arriesgarse. Se jugó la fase final por el título que ganó el Guadalupe, precisamente el último conjunto al que se enfrentaron los llerenenses.

A partir de ahora, la Federación plantea la opción de retomar la temporada 2020-21 y el Campiña sigue con la misma tesitura de si jugar o no. Se ha hecho una pequeña copa hasta finales de diciembre, y hay una segunda opción donde ya sí, se plantean muy seriamente el poder volver a la competición.

«Queremos dejar muy claro que las noticias que nos viene no son muy halagüeñas porque nosotros no nos planteamos arriesgar. Queremos ver la evolución de todo esto» señala Ángel.

«Hablando del senior, los muchachos tienen muchísimas ganas de poder comenzar, con el mismo bloque de equipo de la temporada pasada. Siempre se te pasa por la cabeza hacer un amistoso, pero las instalaciones hasta la fecha están cerradas. ¿Qué ocurre? lo vemos desde nuestro punto de vista, un poco inviable, respetando siempre las decisiones de cualquier club que quiera jugar. Nuestra decisión ha sido eso y si además hay niños que estarán deseosos de jugar, no van a ser los grandes los que estén jugando una pachanga sin entrenar y forzando. Estamos deseosos, pero hay que tener la cosa muy controlada» finalizaba el entrenador sus palabras.