M. G.
Domingo, 5 de mayo 2024, 22:16
«No voy a llorar porque no lo he hecho nunca, pero es inmerecido por cómo lo han afrontado los jugadores». Este era el sentir de Luismi Álvarez tras el descenso consumado este domingo a pesar de vencer al Badajoz en el Nuevo Vivero.
El entrenador placentino, tras la igualdad final en la tabla, se refirió a la polémica del día de la Gimnástica: «Con el robo de Segovia me estoy cagando en la madre de la pava, del árbitro y del línea». El técnico, visiblemente afectado, dijo, que a pesar de ello, tiene «rabia, pero la conciencia tranquila».
Además, se mostró orgulloso tras el rendimiento y el respeto que se han ganado durante toda la temporada: «Los equipos decían: 'ojo, que vamos a Llerena, que nos van a meter palos'».
Sobre su continuidad, aseguró que es una decisión que tiene que meditar y se limitó a decir que «ha sido una temporada enriquecedora» y sostuvo que confía en el regreso del Llerenense a la cuarta categoría.
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