El historiador Manuel Toro reabre la cripta de la Iglesia de la Granada 37 años después
El objetivo es poner en valor su peculiaridad: “con toda seguridad” es mudéjar y es peculiar también por el número de nichos con el que cuenta, algunos de ellos con restos óseos.
Marisa Navarro
Domingo, 11 de diciembre 2016, 16:57
El historiador local Manuel Toro lidera un proyecto cuyo fin es poner en valor el subsuelo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Granada. No es descabellado hacerlo visible y visitable puesto que hay precedentes y ello supondría un verdadero revulsivo económico tanto para la Iglesia como para la localidad en sí, así como un potente reclamo turístico que se sumaría al importante patrimonio histórico artístico que ya posee Llerena. Esto con lo que ya existe y que ahora se ha vuelto a recorrer, sería posible. No obstante, este proyecto va más allá. Se plantea descubrir o demostrar si es cierta o no la creencia popular de la existencia de pasadizos que interconectaban los edificios religiosos de la localidad y confirmar la idea de que en el subsuelo de este templo reposa el féretro fabricado en alabastro de uno de los primeros benefactores de esta iglesia, el Maestre de la Orden de Santiago don García Fernández de Mexía y Guzmán y en cuya tapa, también de alabastro, está sellada su efigie. De lograrse este descubrimiento, el patrimonio eclesiástico y de Llerena se incrementaría en gran medida.
Nuestra intención es llegar hasta donde se pueda llegar y una vez ahí, limpiar y acondicionar el espacio para que pueda ser visitable, manifiesta el historiador que además matiza su intención de no parar hasta demostrar que las voces populares estaban en lo cierto.
Conocida la existencia de la cripta en la crujía que fue usada por última vez a finales de los años 70 del siglo pasado, su proyecto comenzó con su reapertura para conocer el estado en el que se encontraba y las posibilidades que pudiera ofrecer. Para ello contaba con la colaboración de efectivos del parque de bomberos, compañeros de profesión del historiador, y el apoyo de la iglesia para comenzar este trabajo. Manuel Toro Rosa contó con el respaldo inicial de don David Martínez que era entonces el párroco de Llerena y continuó con el del actual párroco don Víctor Pérez.
En esta primera prospección, llevada a cabo a principios de marzo de este año, se han acotado las dimensiones de este espacio con lo que se han podido extraer los planos correspondientes que por cierto, asegura el historiador, en nada se asemejan a los atribuidos a Joseph Gómez que hasta ahora eran los únicos conocidos sobre el subsuelo de este templo. Al subsuelo se accedió por la intersección entre la cripta y una cámara funeraria, espacios que fueron utilizados en las reformas llevadas a cabo en esta iglesia, entre ellas la de finales de los 70. Estas áreas sirvieron entonces como depósito de tierra y escombros producidos por estas obras así como de las momias y cadáveres sacados a la luz durante esa última reforma.
La cripta es de diez metros de largo por dos de ancho y dos de alto y su bóveda es de cañón. A juicio del historiador, el único impedimento que en la actualidad presenta para que en un futuro pueda ser visitada es la tierra depositada en ella. Cuenta con tres niveles en altura de nichos por trece de largo; en total son 78 los nichos que hay, algunos con restos óseos y en otros solamente queda el ataúd. Por la forma de estos y por el material con el que está construido se presupone que es de estilo mudéjar lo que lleva a la conclusión de que estaríamos ante la cripta primigenia. Además, el espacio que ocupa coincide con la primera iglesia que se construyó, apunta Manuel Toro. Según el historiador, no existe precedente similar en muchos kilómetros a la redonda de la existencia de una cripta como la que se conserva en el interior de nuestra iglesia cuyo valor añadido, es además, a falta de confirmación, su época de construcción. La realización de sucesivas reformas llevadas a cabo en esta iglesia lleva a pensar que se hicieran otras criptas posteriores. La ahora reabierta se desarrolla a lo largo de la crujía hasta el altar pero no llega a alcanzar a éste. Cabe la posibilidad de que en las posteriores actuaciones de ampliación se hiciera otra delante de ésta. En una de las posteriores es en la que se encontraría el féretro del maestre de la Orden de Santiago, cuya posible ubicación se plantea en el subsuelo del altar mayor.
Por otro lado, en una de las paredes de la cámara funeraria ahora reabierta se ha descubierto que su bóveda de cañón tiene continuidad; esto demostraría que hay más de lo descubierto hasta ahora. Esa continuidad bien puede ser hacia nuevas cámaras o bien hacia pasadizos. Y es lo que se quiere hacer a partir de ahora. Conocer qué más hay y hacia donde lleva.
La realización de próximas prospecciones cuenta ya con el visto bueno del arzobispado y también del responsable de patrimonio eclesiástico en la provincia de Badajoz. Lo más inmediato que se va a llevar a cabo va a ser crear una puerta de acceso a ras de suelo por la entrada original a la cripta con el fin de facilitar estos trabajos de investigación así como los de limpieza y acondicionamiento que se puedan generar posteriormente. Una vez se tenga esto se intentará mostrar ante responsables de cultura regionales para conocer a priori la disponibilidad y posibilidad de contar con fondos para llevar a buen puerto este proyecto.
Este proyecto así como los resultados de esta primera prospección también han sido puestos en conocimiento del equipo de gobierno local.
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